El soldadito de plomo

El soldadito de plomo

Conoce el cuento de El soldadito de plomo

Hoy te voy a contar acerca del cuento de El soldadito de plomo, una hermosa historia llena de mensajes positivos para todos.

Había una vez un niño el cual tenía muchos juguetes; el jugaba con ellos todas las tardes al terminar sus tareas, pero lo que más le gustaba jugar era a las guerras entre soldados.

El tenía muchos de ellos, cuando se los regalaron se dió cuenta que uno de ellos no tenía una pierna y eso no le importaba siempre lo ponía delante de toda la tropa.

El decía que era soldado era el que dirigía todo que era el más valiente de todos y siempre jugaba así, cuando terminaba  de jugar metía a sus soldados en un bote y los demás juguetes los acomodaba.

Lo que no sabía el niño es que sus juguetes por las noches cobraban vida y se ponían a platicar entre ellos.

Un día el niño por equivocación metió al soldadito de plomo en un bote dónde estaba una bailarina de plomo igual que el , al verla tan linda le causó simpatía y a la bailarina se le hizo un soldado muy atractivo.

Así siguieron platicando todas las noches, el soldadito ya estaba enamorado de la bailarina pero no  sabía cómo decírselo, así al llegar casa noche la bailarina le preguntaba si había tenido miedo de la batalla de ese día.

El soldadito muy valiente siempre le decía que no también le platicaba que el niño siempre lo ponía delante de toda la tropa para que los dirigiera.

El soldadito de plomo

Cuando el niño se ponía  a jugar a las guerras el soldadito de plomo anhelaba que la bailarina lo viera en aquella lucha para que viera que era el mejor.

Un día apareció una caja de sorpresa la cual traía a un payaso dentro el cual los había estado vigilando casa noche desde que el soldadito de plomo y la bailarina se hicieron amigos.

Por lo que un día en la madrugada salió de aquella caja el payaso y le dijo al soldadito de plomo que se alejara de la bailarina, que ya no quería que la hablara que además eres un soldado feo y sin una pierna.

El soldadito de plomo se puso tan triste que se retiró poco a poco de la bailarina hasta quedar en un rincón.

La bailarina se acercó y le dijo que no le hiciera casa a aquel payaso que era muy envidioso y siempre le gustaba molestar  a los demás, la bailarina abrazo al soldadito, el se sonrojó y siguieron platicando.

Un día al niño se le ocurrió que podía cambiar su campo de batalla a la mesa que estaba junto a una ventana , y así instalo su juego.

Pero en esta ocasión puso al soldadito de plomo junto a la ventana indicándole que su misión sería avisar cuando el enemigo se acercará.

Comenzó el y el soldadito estaba muy atento para que sus amigos no fueran derribados, así paso toda la tarde, cuando llegó la noche y le hablaron al niño el salió tan de prisa que olvidó recoger sus juguetes.

Entonces el soldadito se puso muy triste ya que esa noche no iba a ver a la hermosa bailarina.

Javi paso días el en la orilla de la ventana sin que nadie lo moviera, hasta que un día llegó una fuerte tormenta la cual traía mucho viento e hizo que se abriera la ventana y el soldadito de plomo cayera de cabeza.

Como la  lluvia era tan fuerte   el agua comenzó a correr llevándose con ella al pobre soldadito de plomo el cual de repente se quedó atorado en la orilla de una alcantarilla.

El soldadito de plomo

El soldadito de plomo ya estaba muy triste pues sabía que no iba a volver a vera la bailarina a la cual nunca le declaró su amor.

Cuando la tormenta paso unos jóvenes iban caminando tan despacio para no pisar los charcos que se encontraron con el soldadito de plomo.

Pero al ver que le faltaba un pie dijeron que mejor lo dejarían ahí ya que de nada les serviría, no tardó mucho tiempo cuando un niño que iba x b  su papá  paso junto soldadito de plomo que habían aventado.

El niño se agachó tomo al soldadito de plomo de su rifle lo limpio un poco y le dijo a su papá:

«Mira papá, este pobre soldadito de plomo está mojado y no tiene un pie pobrecito, me lo llevaré para jugar con el de algo me servirá».

Mientras su papá acento con la cabeza el niño guardo a su nuevo juguete aquel soldadito de plomo en su bolsa.

Al seguir caminando el niño vio un parqueo de papel que está cerca de un riachuelo se detuvo y puso al soldadito de plomo.

Diciéndole «ahora serás un marinero y navegaras por altamar», en este momento el soldadito comenzó a irse en el barco que la corriente arrastraba.

Paso por la alcantarilla que lo llevó por aguas turbias y así conoció muchos mares hasta llegar a un océano en dónde se encontró con un enorme pez.

Que al verlo con colores brillantes le llamo la atención y de un bocado se lo devoró, ya estando dentro de el todo era obscuro y todo se veía muy feo.

Y el estaba muy triste pues sabía que ese era el final para el pies jamás volvería a ver a la bailarina.

Poco después aquel pescado tan enorme fue atrapado por un pescador que junto con otros peces fueron llevados para venderlos en el mercado.

India una cocinera fue hasta el mercado en el cual compro un pez, llevándolo a su casa para cocinarlo.

Lo comenzó a limpiar y cuando lo abrió su sorpresa fue que encontró al soldadito de plomo dentro de él ella asombrada de grito al niño de esa casa por qué sabía que era idéntico al que él tenía.

El niño reconoció a su soldado y le dijo a la cocinera que  dónde lo había encontrado ya que el lo había perdido en una tarde lluviosa, ella le respondió que estaba en el estado del pescado que iba a cocinar.

El niño asombrado le dijo «pobre de mi soldadito de plomo cuántas aventuras tuvo que pasar para llegar al estómago de este pescado».

Pero muy contento lo tomó, lo limpio y secó y lo fue a colocar en la chimenea junto a la bailarina que su hermana había puesto ahí.

Ya juntos comenzaron a platicar de todo lo que les había pasado, desde que estaban separados; una tarde en aquella casa tuvieron una reunión y alguno de los invitados.

Tomó a la bailarina, la observó y después la dejo en la orilla de la chimenea; al pasar la tarde, un viento fuerte entro por la ventana e hizo caer a la bailarina,  el soldadito de plomo sintió mucho miedo y angustia.

El soldadito de plomo

Sí que trato de moverse y caer a la chimenea, en cuanto los dos empezaron a fundirse se formó un corazón y así su amor quedó fundido por siempre.

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